Aunque con ocho días de retraso, el recuerdo del expresidente Francisco I. Madero confrontó duro en la tribuna a la oposición con los partidos de la 4T.
En la efeméride de aquel 22 de febrero de 1913, cuando fueron asesinados Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez, la oposición aprovechó y, con dureza, acusó que el presidente Andrés Manuel López Obrador “honra a Madero, pero actúa como Victoriano Huerta”, “desprecia las instituciones”, “viola la ley” y “se aferra al poder de una sola persona”.
Morena y el PT respondieron y acusaron a “la derecha de promover la violencia en contra del presidente y de su gobierno” frente al proceso electoral de este año.
“Les guste o no le guste, la Cuarta Transformación no tiene reversa, se acabaron los privilegios de unos cuantos y la corrupción”, les respondió el diputado coahuilense -tierra de Madero- Francisco Javier Borrego, de Morena, quien conminó a la oposición a “no dividir, no confrontar al país y a sumar por el bien de la nación”.
Con su estilo, Gerardo Fernández Noroña, del PT, reclamó que “es la derecha la que genera y promueve la violencia en contra de nuestro compañero presidente y de su gobierno”. Y arengó: “¡Defendamos, protejamos a nuestro presidente de las agresiones y de los insultos, como el del avión de Aeroméxico de los que la empresa no hizo nada, y las que los medios festinaron”.
Fernando Torres, del PAN, reprochó que con el gobierno de la 4T “vivimos una tragicomedia, con errores, hierros, mentiras y doble discurso. Madero no compartiría el desprecio que hay hoy de las instituciones, que se debilitan. Madero estaría en contra de la falta de transparencia, de rendición de cuentas y de un gobierno basado en la ocurrencia, en los distractores de las mañaneras y de la falta de rumbo”.
Desde el PRD, entre mantas y pancartas de “AMLO, Ya Chole, Rompe el Pacto Patriarcal” en los pasillos del salón de sesiones, la diputada Mónica Bautista criticó que “a 108 años del magnicidio, la historia se repite en un precario sistema de salud, en la crisis económica, en la persecución de opositores políticos, en un país en que impera el desempleo y la inseguridad; en un mandatario que, como Victoriano Huerta, se aferra a mantener el control del poder sin importarle la violación sistemática de la autonomía de las instituciones y que desacredita y estigmatiza a quienes no le rinden pleitesía”.
“Hoy nos enfrentamos a un gobierno que ha implementado un proceso de militarización como respuesta a todos problemas de toda la vida pública; un gobernante que se hace llamar maderista y que, día a día, infama y menosprecia a las instituciones, que ha violado la Constitución y los Tratados Internacionales de los que México forma parte y que no tiene empacho alguno en amenazar a la prensa libre que se le pone enfrente”, remarcó.
(El Financiero)