En su primer día de campaña rumbo a la elección para elegir rector de la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), la candidata Guadalupe Grajales y Porras presentó sus 56 compromisos y explicó a la comunidad universitaria como lograrlo.
A través de su página en internet, designada para el proceso electoral y en sus redes sociales, detalló sus 56 compromisos como aspirante y también como habrá de atenderlos.
“El plan de trabajo ha sido consultado y consensuado entre los diversos sectores de nuestra universidad: profesores, estudiantes, trabajadores y exintegrantes de la misma, con el fin de integrar todas las voces, especialmente aquéllas que han sido ignoradas por la actual administración”, consignó la exsecretaria general.
Grajales y Porras, al referirse a los trabajadores académicos, destacó que sus derechos laborales no son reconocidos en su totalidad, además no les es permitido acceder a programas de promoción académica ni reconocen sus esfuerzos; además agregó parte de los administrativos laboran bajo el esquema de subcontratación, por lo que carecen de derechos. Sobre el tema propuso mejorar sus condiciones laborales, asignarles materias correspondientes a su perfil, convocatorias transparentes, mejorar sus espacios (cubículos, mobiliario), fomentar la publicación libros y revistas, entre otras.
Al abordar el tema de los alumnos, ofreció la recuperación de espacios y la disminución de burocracia, revisión y mejoramiento del servicio social y la práctica profesional, la agilización de trámites de inscripción y titulación, acompañamiento psicológico, fomento deportivo y cultural, así como la garantía de que las elecciones de consejeros estudiantiles sean transparentes y plurales.
De resultar ganadora en las elecciones internas de la BUAP del próximo 20 de septiembre, Grajales y Porras ofreció activar los comedores estudiantiles y dar seguimiento a los egresados.
En otro punto de sus compromisos de campaña, el relacionado a la violencia que padecen las universitarias, ponderó la necesidad de implementar medidas estrictas que tensen las relaciones de género y entender lo que se vive para atenderlo a través de debates informados, plurales y amplios, conversatorios con universitarias de diversas generaciones, la construcción de un lenguaje inclusivo y la Red de Mujeres Universitarias para apoyar el trabajo y formación de alumnas, docentes y administrativas.
Además la académica llamó a garantizar el trabajo colegiado, la gestión y autogestión de los recursos, la rendición de cuentas de las autoridades personales de las facultades, no intervenir en los procesos de elección de los consejeros de unidad o del HCU, la autonomía de las academias e impulsar que en las elecciones de cualquier directivo o representante “compitan al menos dos candidatos”.
Destaco, por otra parte, la creación de convenios internacionales para los intercambios estudiantiles, prácticas y servicios sociales y la eliminación burocrática en estos procesos.
En infraestructura, aseguró una revisión y adecuación de los espacios académicos, gestión de recursos para la compra de equipo, la condición apta de edificios, revisión constante de espacios comunes, baños y bebederos, transporte accesible, gratuito y seguro; así como la eliminación de cuotas de inscripción. Además, mejorar los servicios médicos en los centros regionales, respeto a la comunidad LGBTTTIQ+ y la diversidad cultural, a las personas con discapacidad y las minorías vulnerables.
Por último, y como estrategia post-Covid, propuso pensar en esquemas de enseñanza híbridos, aumento en la matrícula y en la incorporación del uso de las tecnologías.
(Plural)