Por tercer año consecutivo la cifra de personas encarceladas en México creció. El 2021 cerró con casi 10 mil internos más en los penales en el país en comparación con las que había en 2020. En total, la población penitenciaria ascendió a casi 215 mil mujeres y hombres privados de su libertad, el 42% de ellos sin que se les haya probado que cometieron un delito.
El de 2021 es el segundo incremento más grande de personas en prisión de los últimos ocho años, solo detrás del ocurrido en 2020, también en el actual sexenio. Además, la cifra de personas en condiciones de hacinamiento en los reclusorios se disparó y el año cerró con más reos que espacios disponibles en prisiones, lo que no ocurría desde 2018. El encarcelamiento de mujeres subió, en proporción, 80% más que el de los hombres.
Aunque la mayor parte de las personas en prisión están acusadas de delitos del fuero común la incidencia de estos delitos no ha descendido. En 2021, por ejemplo, subieron las denuncias por robos a transeúnte con y sin violencia, los delitos sexuales en todas sus modalidades, los delitos de violencia familiar, las extorsiones, el narcomenudeo, entre otros.
Los datos oficiales del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), que es la instancia oficial responsable de la información penitenciaria del país, muestra que para diciembre de 2021 las personas privadas de su libertad ascendían a 223 mil 416. Una cifra que, de acuerdo con autoridades federales, estaría llegando a las 224 mil para enero de este año.
En comparación con las 214 mil 231 personas que se encontraban presas al cierre de 2020, el incremento es de casi 10 mil internos más. Y si se toma en cuenta que es el tercer año consecutivo con un alza de la población penitenciaria en México, la cifra de personas en prisión ha ascendido en más de 25 mil desde 2019.
Esta tendencia al alza en los ingresos a las prisiones arrancó con la administración federal del presidente Andrés Manuel López Obrador que, en 2019, impulsó reformas a la Constitución para que se incrementara el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva automática. Las modificaciones, que terminaron siendo apoyadas también por legisladores de la oposición, elevaron de 9 a 20 los tipos de delitos por los cuales una persona puede ir a prisión de forma automática, aún cuando no se haya probado su responsabilidad en ese delito.
Previo a estos cambios, el país había conseguido ligar un periodo de cuatro años consecutivos de descensos en las cifras de personas en prisión. De 2015 a 2018 la población carcelaria cayó de un techo de 255 mil hasta las 197 mil. La reducción se aceleró por la entrada en vigor del nuevo sistema penal que, entre otras cosas, había endurecido las condiciones para que una persona fuera encarcelada sin condena.
La salida de personas en las cárceles también había logrado solucionar, al menos en el promedio nacional, el problema de la sobrepoblación. De hecho, al cierre de 2018, había más espacios disponibles en los reclusorios que personas encarceladas. Con el incremento de la prisión preventiva esto ha comenzado a revertirse gradualmente y en 2021, por primera vez, volvieron a registrarse más personas en prisión que espacios disponibles.
Los datos oficiales de 2021 muestran que al cierre del año había 223 mil 416 personas recluidas en un sistema penitenciario que solo tiene 217 mil 42 espacios en total. Se trata de una sobrepoblación de 6 mil 374 internos. Apenas un año antes, al cierre de 2020, dicho hacinamiento no existía pues aún estaban disponibles 2 mil 863 espacios libres.
Encarcelando inocentes y mujeres
Aunque el encarcelamiento de personas a las que no se les ha probado un delito debería ser un recurso excepcional (como lo establece las leyes penales y los tratados internacionales), en los hechos la realidad es distinta en México. En promedio 4 de cada 10 internos en prisión no han sido enjuiciadas ni sentenciadas.
Los datos de 2021 consolidaron dicha tendencia. Del total de personas en prisión, 93 mil 255 son internos sujetos a proceso pero que siguen siendo legalmente inocentes. Equivalen al 41.7% del total de personas presas, un ligero incremento respecto al 2020 donde dicho universo era de 41.6%.
La situación para las mujeres es especialmente grave. De entrada, su promedio de encarcelamiento ha crecido a un nivel más acelerado que el de los hombres. En 2021 la población femenina en los penales subió 7.1%, mientras que la de los hombres creció 4.1%.
Pero además la mayor parte de las mujeres en prisión son inocentes. De las 12 mil 683 presas, 6 mil 583, que equivalen al 52%, se encuentran bajo proceso, pero sin que se haya probado aun su culpabilidad con una condena. En tanto, las mujeres encarceladas con sentencia se ubicaron en 6 mil 100.
En octubre pasado Animal Político e Intersecta publicaron un reportaje en el que se documenta a detalle el efecto que ha tenido el incremento de la prisión preventiva en el crecimiento acelerado de la población penitenciaria en México, particularmente en sectores vulnerables como el de mujeres o el de personas con bajos recursos, que no pueden costear una defensa legal adecuada.
Esta política de más cárcel impulsada en la actual administración no ha logrado abatir los índices de impunidad en el país, como se documenta en la referida investigación periodística. De hecho, a la mayoría de las personas encarceladas en los últimos tres años no se les ha probado con un juicio que realmente cometieron un delito.
Estados, el foco rojo
Las personas detenidas y encarceladas por delitos del fuero común (cuya investigación y sanción está a cargo de las autoridades estatales) es mayor que en los delitos federales. Los datos muestran que de 2020 a 2021 el universo de personas encarceladas por procesos del fuero común creció 4.6%, mientras que por ilícitos federales el ascenso fue del 2.2%, menos de la mitad.
Del total de la población penitenciaria, 197 mil 711 personas están recluidas por delitos locales, que equivalen al 88.5% del total. Se trata de un incremento luego de que, en 2020, dicho porcentaje era del 86.8%.
Dicho de otra forma: 9 de cada 10 personas que actualmente están presas en México enfrentan cargos por delitos locales, como robos, violencia familiar, violencia sexual y homicidios, Y solo 1 de cada 10 enfrenta cargos por delitos federales como delincuencia organizada, narcotráfico, lavado de dinero, huachicol o trata de personas.
El crecimiento de la población penitenciaria se ha generalizado: en 29 de los 32 estados subió la cifra de personas en prisión. En porcentajes, el incremento más significativo es el de Coahuila donde la población subió más de 21% tan solo de un año a otro. Le sigue Aguascalientes con un alza del 16.5%, Sonora con un repunte del 14%, Veracruz con un repunte de su población penitenciaria del 12.2%, y Nuevo León con 11.6%.
Los casos de Nuevo León y Sonora son relevantes pues ambas entidades figuran entre las seis del país con una mayor cantidad de personas presas con 8 mil 987 internos y 9 mil 823 internos, respectivamente.
La entidad con la mayor cantidad de personas encarceladas en su territorio es el Estado de México con 34 mil 64 internos. Es un incremento de casi mil 500 personas presas más respecto a las que había en dicha entidad en 2020. El estado que gobierna Alfredo del Mazo es un foco rojo pues registra, además, el mayor porcentaje de sobrepoblación: su número de reos supera en más del 137% a los espacios disponibles.
La Ciudad de México es el segundo estado con más personas presas en el país con un total de 26 mil 13 hasta el cierre de 2021. Pero la capital es una de las tres entidades en donde la población penitenciaria no creció en el último año, sino que registró una reducción de 167 internos.
En términos de sobrepoblación, luego del Estado de México se ubica Morelos, donde los datos oficiales registran una población de internos 86% mayor a la de los espacios disponibles. Le sigue Nayarit con un nivel de hacinamiento del 83% en sus prisiones, y Durango con un 79%.
Tabasco es otro estado con un nivel de sobrepoblación significativo al alcanzar 40%, porcentaje similar al de Puebla con un 39%, y a Quintana Roo con un 32%.
Más de 2 mil incidentes y 10 homicidios
Los datos del OADPRS muestran que entre enero y noviembre de 2021 se registraron 2 mil 122 incidentes en los centros penitenciarios del país, desde riñas y motines hasta huelgas de hambre y homicidios. Fue un promedio de, al menos, seis incidentes que se registran todos los días en las prisiones.
En total 6 mil 159 internos en total se vieron implicados en estos incidentes. El 67% de estos incidentes se registraron en penales administrados por los estados o municipios, y el 33% centros penitenciarios federales.
Entre los incidentes reportados destacan 10 homicidios de internos, todos ocurridos en reclusorios estatales. También se registraron 504 riñas, donde destaca que 339 de ellas ocurrieron en penales federales. Los datos también evidencian la ocurrencia de cinco amotinamientos, todos en penales locales.
(Animal Político)