El presidente ruso, Vladímir Putin, ha cruzado otro punto de no retorno. Pocos minutos antes de las seis de la mañana, hora de Moscú, una hora antes en Ucrania, el líder ruso ha anunciado una “operación militar especial” en el Donbás. Putin, que ha agitado durante meses el argumento de que el de Kiev es un régimen nazi que discrimina a los rusoparlantes y que los ciudadanos de las regiones de Donetsk y Lugasnsk están sufriendo un “genocidio” ha afirmado que la agresión miliar es para “defender y proteger” a la ciudadanía. “Nos esforzaremos por desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Y también llevar ante la justicia aquellos que cometieron numerosos crímenes sangrientos contra civiles, incluidos ciudadanos de Rusia”, ha dicho Putin, con gesto serio en un mensaje de vídeo flanqueado por dos banderas rusas. El líder ruso ha dicho que la medida busca desmilitarizar pero no ocupar el país.
El lunes, después de un feroz discurso en el que cuestionó la soberanía de Ucrania, que considera un país ficticio, fruto de costurones históricos y diplomáticos, Putin firmó el reconocimiento de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, que, alimentadas por el Kremlin, llevan ocho años luchando con el ejército ucranio en una guerra que ha segado ya 14 mil vidas. Acto seguido, como recogía el decreto, ordenó el envío de tropas a los dos territorios secesionistas. No queda claro aún cuánto avanzará Putin en el Donbás. Las autoproclamadas “repúblicas populares” de Donetsk y Lugansk controlan un tercio de la región que reclaman. Putin lo ha avalado. En la zona de Kramatorsk y Sloviansk, a una hora en coche de la línea del frente, se oyeron varias explosiones. También un poco más adentro, en Dnipro, según testigos. Y en Járkov, a 30 kilómetros de la frontera rusa. Además, Reuters informó que también se escucharon explosiones en Kiev, la capital, lejos de la línea del frente.
El líder ruso aseguró que tomó la decisión tras recibir una petición de ayuda de los líderes de los territorios separatistas respaldados por Rusia en el este de Ucrania.
Horas antes, en un emotivo discurso a la nación, con gesto contenido pero dramático, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, parecía presagiar que esta noche se iba a producir otra agresión miliar de Rusia, que en 2014 invadió Crimea y se anexionó la península ucrania con un referéndum no reconocido por la comunidad internacional. Kiev está dispuesto a negociar con Moscú en cualquier canal y en cualquier momento, ha dicho en un discurso en ucranio y en ruso divulgado en su canal de Telegram.
“Hoy inicié una llamada telefónica con el presidente ruso. El resultado fue el silencio, aunque el silencio debería estar en el Donbas”, aseguró Zelenski, antes de dirigirse de manera directa a los rusos: “Estamos separados por más de 2 mil kilómetros de fronteras mutuas, a lo largo de las cuales se encuentran 200 mil de sus soldados y mil vehículos blindados. Su liderazgo ha aprobado su paso hacia el territorio de otro país. Este paso podría convertirse en el comienzo de una gran guerra”, ha recalcado. “No necesitamos la guerra, ni caliente, ni fría, ni híbrida. Pero si las tropas nos atacan y alguien trata de arrebatarnos nuestro país, nuestra libertad, nuestras vidas, las vidas de nuestros hijos, entonces nos defenderemos. Y cuando nos ataquen verán nuestras caras, no nuestras espaldas”.
La noche ha sido inquietante y tensa en el Donbás y en toda Ucrania. El gobierno, que pese a las alarmas de Estados Unidos y de la OTAN, ha sido escéptico durante semanas sobre una posible invasión, cambió el paso este miércoles. Cerró los aeropuertos de Jarkov, Zaporiya y Dnipro, en el Este de Ucrania. Antes, declaró el estado de emergencia y decretó la convocatoria de hasta 36. Mil reservistas.
En su discurso emitido en los canales de televisión estatales mientras se desarrollaba el Consejo de Seguridad de la ONU con motivo de la amenaza rusa, el jefe del Kremlin, que desde finales de noviembre ha concentrado decenas de miles de soldados en torno a las fronteras de Ucrania —hasta 190 mil, según las últimas informaciones de Estados Unidos—, ha asegurado que los enfrentamientos entre las fuerzas ucranianas y rusas son “inevitables” y “solo una cuestión de tiempo”. Putin ha afirmado que una mayor expansión de la OTAN y su uso del territorio de Ucrania son “inaceptables”.
Además, el presidente ruso llamó a los militares ucranianos a deponer las armas y amenazó con una respuesta contundente a aquellos países que decidan intervenir en la situación desde el exterior. “Les insto a que deponga las armas de inmediato y se vayan a casa. Todos los militares del ejército ucranio que cumplan con este requisito podrán abandonar libremente la zona de combate y regresar con sus familias”, afirmó.
“La política del Imperio de las Mentiras, de la que hablé al comienzo de mi discurso, se basa, en primer lugar, en la fuerza bruta directa. En tales casos, decimos: hay poder, no se necesita mente. Y nosotros todos sabemos que el verdadero poder está en la justicia y la verdad, que están de nuestro lado”, dijo Putin. “Y si esto es así, entonces es difícil no estar de acuerdo en que la fuerza y la disposición para luchar son la base de la independencia y la soberanía, son la base necesaria sobre la que solo uno puede construir su futuro”, aseveró.
(El País)