El expresidente interino del PRD y exsecretario general de ese partido, Guadalupe Acosta Naranjo, retó al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, y al líder nacional de Morena, Mario Delgado, a someterse a un detector de mentiras para así poder comprobar quién es el que miente sobre el uso de dinero en efectivo para financiar las campañas del político tabasqueño a partir del año 2006,
En entrevista para Aristegui en Vivo, el exlegislador perredista defendió el testimonio que la escritora Elena Chávez presenta en su libro “El Rey del Cash” sobre supuestos desvíos de recursos públicos para financiar el movimiento político que ha impulsado López Obrador desde el 2006, situación que presuntamente atestiguó como expareja de César Yáñez Centeno, actual Subsecretario de Gobernación y exvocero del tabasqueño desde que fue jefe de gobierno capitalino.
Acosta Naranjo agregó que él también fue testigo de cómo López Obrador solicitaba dinero para financiar su movimiento desde que encabezó la llamada presidencia legítima, tras el resultado de las elecciones presidenciales en 2006 que concluyeron con el cuestionado triunfo de Felipe Calderón y los alegatos del entonces candidato perredista de que hubo un fraude electoral.
Explicó que AMLO solicitaba dinero a ayuntamientos, diputados y senadores para “financiar el movimiento”, algunos de los cuales aceptaban entregar parte de sus salarios como legisladores o servidores públicos de manera voluntaria, aunque también se dieron casos como el ocurrido en Texcoco, donde se hacían descuentos a los trabajadores de manera forzada y bajo amenazas de despido, como pudo comprobar una investigación del INE.
Dijo que su testimonio y el de Elena Chávez tienen el mismo peso jurídico que las declaraciones que rindió el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin ante la Fiscalía General de la República (FGR), en agosto del 2020, las cuales se han utilizado para iniciar carpetas de investigación y librar órdenes de aprehensión en contra de políticos panistas como el exgobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y el excandidato presidencial de la alianza PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya.
“El presidente también puede ir al detector de mentiras si quiere, si él tiene disposición porque dice que decimos mentiras; bueno, pues él y yo tuvimos muchas reuniones, veamos a quien le tiembla la voz”, sentenció el perredista.
Previamente, el propio Acosta Naranjo había retado al presidente de Morena, Mario Delgado, de someterse a un detector de mentiras, derivado de que el exsecretario de Finanzas del gobierno capitalino en tiempos de Marcelo Ebrard, lo ha acusado de mentir en torno a la financiación ilícita de las sucesivas campañas políticas que ha encabezado López Obrador desde el 2006.
Dijo que los señalamientos de Elena Chávez sobre Alejandro Esquer, actual secretario particular del presidente Andrés Manuel López Obrador, también son ciertos y que siempre ha sido operador financiero del político tabasqueño junto a otros personajes como el actual director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, y el propio César Yáñez.
El cheque de los 300 millones de pesos
En la campaña presidencial del 2006, el Comité Ejecutivo Nacional del PRD determinó entregarle todas sus prerrogativas de campaña a su entonces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, por lo que ese partido le entregó un cheque por cerca de 320 millones de pesos, reveló Guadalupe Acosta Naranjo.
Acosta Naranjo recordó que en ese momento era presidente interino del PRD, por lo que le tocó acordar directamente con López Obrador el financiamiento a su campaña presidencial y puede dar testimonio de la entrega directo de dichos recursos.
Dijo que desde entonces Alejandro Esquer ya era operador financiero de AMLO y que el ahora secretario particular del presidente manejó los recursos de su campaña electoral, por lo que el PRD se quedó sin recursos para las campañas de senadores y diputados. En tanto, el senador Gabriel García y exjefe de los llamados “superdelegados” del gobierno federal, era el enlace del partido para la comprobación de los gastos de campaña.
Agregó que el partido se vio obligado a solicitar un préstamo bancario de alrededor de 60 millones de pesos, el cual se reportó en su momento ante el Instituto Federal Electoral (IFE), por lo que se cumplió con todos los requisitos que marca la ley y ese gasto fue debidamente fiscalizado por el IFE.
Explicó que cuando se desató la campaña de propaganda negra que calificaba a López Obrador como “un peligro para México”, el PRD solicitó un crédito a Televisión Azteca de 160 millones de pesos y otro de 60 millones con Televisa, acusando a ambas televisoras de manejar tarifas diferenciadas y discrecionales para los partidos políticos. Los dos préstamos fueron reportados ante el INE y pagados conforme a las normas, aclaró.
No obstante, reconoció que los recursos de la campaña presidencial del 2006 se gastaron como marca ley, por lo que hubo comprobación de esos recursos y el IFE los pudo fiscalizar, reportándose irregularidades menores “como a todos los partidos políticos”.
“Todo está reportado y fiscalizado ante el IFE, el único tema fue las malas decisiones que se tomaron para gastar ese dinero, no es ilegal darle el financiamiento a los candidatos, para eso son los gastos de campaña”, concluyó.
En la entrevista que le concedió a Elena Chávez para su libro “El rey del Cash”, Acosta Naranjo afirma que de esos 320 millones de pesos, alrededor de 140 millones de pesos se derrocharon o desperdiciaron en la estructura electorales de las Redes Ciudadanas que armó López Obrador.
Sin embargo, durante la entrevista con Carmen Aristegui reconoció que ese gasto fue fiscalizado por el INE y que la totalidad del dinero se gastó en la campaña presidencial, por lo que descartó que López Obrador haya dejado de gastar o desviado 150 millones de pesos como lo sostuvo la propia Elena Chávez en su primera entrevista para presentar el libro.
(Aristegui Noticias)