El canciller Marcelo Ebrard señaló que “es falsa e infundada” la aseveración de que la decisión de construir el viaducto elevado de la Línea 12 del Metro fuera tomada bajo una lógica de velocidad de ejecución, en detrimento de la seguridad.
Negó también que esa determinación correspondiera exclusivamente a él cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México.
El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores dio a conocer una copia de las respuestas que envió el pasado 3 de junio a un cuestionario de 13 preguntas de The New York Times para un reportaje sobre el colapso en la línea 12 –que dejó 26 muertos-, las cuales, acusó el funcionario en Twitter, “fueron ignoradas por completo” en el contenido de la investigación publicada el domingo por el diario estadunidense, en la que se sugiere que se exigió a las empresas contratistas apurar la culminación y apertura de la obra antes de que concluyera el mandato de Ebrard como jefe de gobierno, por lo que se habrían permitido “graves fallos” en la construcción que pudieron ser la causa del colapso.
En el documento, dirigido a María Abi-Habib, jefa de la oficina en México del rotativo, el canciller aseguró que “todas y cada una de las decisiones relativas al trazo y diseño del Proyecto Integral de la Línea 12, fueron evaluadas, verificadas, analizadas y adoptadas por un Comité Central de Obras del Gobierno del Distrito Federal y por un Subcomité Técnico del Proyecto Integral de la Línea 12 —órganos colegiados ambos, el segundo integrado por técnicos y expertos– y acompañadas por instituciones de prestigio como el Instituto de Ingeniería de la UNAM”.
Aclaró que a diferencia de lo expuesto en su cuestionario por los reporteros del diario, la empresa COMIINSA “nunca fue contratada o comisionada” por el gobierno capitalino para realizar un estudio sobre seguridad del tramo elevado de la línea del metro a construirse.
Indicó además que es una “incógnita” conocer si la administración de su sucesor, Miguel Ángel Mancera, realizó la supervisión y el mantenimiento correspondiente a esa línea para evitar una posible tragedia.
“Resulta, por ejemplo, imposible saber si la administración del doctor Mancera realizó toda la labor de mantenimiento requerida en casos de sismos de cierta magnitud, o si los trabajos efectuados después del sismo se realizaron de la manera adecuada, dado que una importante cantidad de documentos fueron reservados”.
Esto contrario a que toda la documentación referente a la gestación y construcción de la línea “puede conocerse fácilmente a través de los documentos relevantes que se han hecho públicos”.
El funcionario aseguró que la administración de su sucesor recibió los lineamientos sobre potenciales daños por sismos y trabajos específicos a realizar posterior a ellos.
“El saber si la administración de Mancera realizó los trabajos de renivelación, necesarios tras los sismos que azotaron la capital, notablemente el del 19 de septiembre de 2017, es algo que se tiene que probar con documentos oficiales. Por esa misma razón, no se conoce del potencial daño que pudo haber causado a la vía elevada, por ejemplo, la realización de trabajo como la sustitución y colocación de toneladas de abasto”.
En Twitter, Ebrard también enfatizó que una vez que se conozca el peritaje a cargo del gobierno de la Ciudad de México que será parte de las indagatorias del percance, “compartiré mi valoración de aseveraciones técnicas e intencionalidad política del texto (de The New York Times)”.
(La Jornada)