DOMINIO PÚBLICO
Por Francisco Maravilla
El postdebate. Y como siempre del after, cada coalición y MC asegurarán que su candidato (a) ganó el debate. Por días, semanas, o hasta que los alcance el próximo encuentro organizado por el INE, los abanderados presidenciales y sus equipos utilizarán los ataques y las descalificaciones, más que las propuestas, como discurso en los mítines, plazas públicas, entrevistas, y claro está, en las redes sociales, el espacio más rentable para el escarnio y la ignominia electoral.
Lo que el debate proporcionó a las campañas de Xóchitl, Claudia y Máynez, como elementos “novedosos” para mover a los electores indecisos, y afianzar a los cautivos, fue el morbo, el ego ilimitado y los reproches entre los candidatos en estricto apego a sus guiones, aderezados con chispazos de humor negro, ademanes y torpezas involuntarias, que más tarde potencializaron los opinadores, analistas y sus líderes partidistas.
Qué importante podrá ser para los de a pie el planteamiento de tres candidatos que no son de a pie. Que no conectan con ellos. Que son polos opuestos, aunque traten de convencerlos de que ellos los representan; que asisten a sus eventos para ver si agarran chamba o “hueso”, o porque están en riego sus chambas o su hueso. Que van por una sombrilla, gorra o camiseta que no tienen. Que van en familia para juntar los mil pesos para la comida de la semana. Lo disímbolo de sus propuestas son obvias y lastimosas. Para los asistentes o acarreados el transporte colectivo y los sombreros, las largas caminatas, la indefensión, la marginación y la desesperanza; para ellos, los candidatos y sus aliados, los vehículos de alta gama y el aire acondicionado, los escoltas, los excesos y el mejor lugar y trato. En el debate propusieron lo que prometen en los mítines, o masivos como ellos los llaman. No hubo novedades.
El debate no permeó en la población, que hubiera sido lo óptimo, las perspectivas de las propuestas de los candidatos sobre educación, salud, transparencia, combate a la corrupción y a la no discriminación a grupos vulnerables. Quedarán en el olvido colectivo. Lo que quedará para la posteridad serán los apodos, los ataques y fallas del INE en el formato y organización del primer contraste de ideas de Xóchitl, Claudia y Máynez. Cada quien elegirá al vencedor.
El debate fue una endeble presentación de las plataformas políticas y de gobierno de cara a las elecciones de junio de este año. Fue el pretexto para las descalificaciones y los ataques. En lo que tuvo éxito fue en que se convirtió en unos de los mejores programas de entretenimiento que además proporcionó un vasto material para las redes sociales y memes.
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