Plural en linea
DOMINIO PÚBLICO
Por Francisco Maravilla
Entre políticos dos cosas no perdonan: la deslealtad y la traición. Con una de las dos, y peor aún, con ambas, el desenlace político es fatal. Los triunfos en estos escenarios son temporales. Sólo es cuestión de tiempo para la persecución, la descalificación, el limbo político o el encarcelamiento. Desde el poder se aplican, y fuera de él se padecen. Los ejemplos abundan.
Desde el poder el gobernador Miguel Barbosa Huerta es referencia. Sus acciones no corresponden a su discurso. En el camino a la gubernatura ha traicionado y soslayado de su administración a quienes desde antes y durante de su campaña lo impulsaron. Sin excepción ha desconocido a compañeros de lucha, de partido, amigos o aliados, incluido el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo apoyó para que fuera candidato cuando contendió contra Martha Érika Alonso, y después de perder la gubernatura, frente al morenovallismo, lo convirtió en triunfador ante el fatal desenlace de la gobernadora electa. En pago Barbosa Huerta ha mostrado reiteradamente su deslealtad a los principios de la 4T que encabeza el presidente de la nación.
Tras cubrir temporal y parcialmente la factura electoral de quienes se sumaron a sus aspiraciones en 2018, Barbosa Huerta se desprendió de algunos de ellos para encontrarse y sumar a sus proyectos a sus viejos “amigos”. Entre ellos al caso de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP). Coincidentemente confluyeron con él, en este conflicto, Armando Ríos Piter y Roberto Gil Zuarth, viejos conocidos del ejecutivo local. Los tres exsenadores. El primero de ellos fuera ya del tablero en el que se disputa el patrimonio de la Fundación Mary Street Jenkins (FMSJ). Renunció a la rectoría de dicha universidad hace unos días.
De acuerdo al reportaje de Proceso, publicado el pasado 30 de enero de este año, “la embestida legal y policiaca que el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, lanzó contra el patronato de la Fundación Mary Street Jenkins, que controla la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y la fundación del mismo nombre, sigue el guion que el gobierno estatal morenista recibió del despacho del panista Roberto Gil Zuarth, quien fuera secretario particular de Felipe Calderón Hinojosa”.
En la investigación periodística, Proceso consigna que el despacho de Gil Zuarth, Accuracy Legal & Consulting, SC, prometió al equipo de Barbosa que, una vez lograda la “remoción de los actuales patronos” de la Fundación Mary Street Jenkins (FMSJ), “el estado de Puebla podrá recuperar más de 720 millones de dólares”.
Además, revela que “el despacho que Gil Zuarth fundó en febrero de 2018 –mientras concluía su mandato como senador del PAN– alentó al gobierno poblano a apoyar a Guillermo Jenkins de Landa en el pleito legal que inició en 2016 contra su madre y hermanos –miembros del patronato–, a quienes acusaba de desviar el patrimonio de la fundación. También lo instó a lanzar las instituciones del Estado contra ellos mediante un “juicio de lesividad”.
Barbosa acató la indicación del despacho del exsenador panista. “Su gobierno acusó a los integrantes del patronato de saquear 720 millones de dólares de la fundación; los destituyó en abril de 2021 y designó otro patronato, y en junio último lanzó a la Policía Estatal para tomar las instalaciones de la UDLAP”, señala el semanario impreso de Proceso.
La aparición de Roberto Gil Zuarth en esta ecuación con Barbosa para pelear el patrimonio de la FMSJ no es fortuita. La relación de ambos data de cuando Gil Zuarth, siendo senador, conoció a Miguel Barbosa Huerta. Desde entonces entablaron una gran amistad que prevalece hasta la fecha.
La influencia que ejerce el exsenador panista sobre el mandatario poblano quedó manifiesta cuando Gil Zuarth, junto con el priista Miguel Ángel Osorio Chong, convencieron a Barbosa Huerta de que firmara el Pacto por México, cuando el político oriundo de Tehuacán era perredista. Cosa que el ejecutivo local no quisiera que los morenistas y simpatizantes de la 4T supieran.
Pese a que los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón no están en el ánimo del presidente López Obrador, más el segundo que el primero, a la distancia, lo que Barbosa ha demostrado, es que no ha cortado su hilo conductor con Felipe Calderón a través de Gil Zuarth.
Cómo entender los dichos y comportamiento de Barbosa Huerta cuando en sus declaraciones pondera ser cercano a AMLO y colaborar de él; mientras en la práctica públicamente exhibe sus vínculos con Roberto Gil Zuarth, principal operador del expresidente Felipe Calderón y Margarita Zavala, quien mostró su lealtad a la expareja presidencial cuando renunció al PAN al mismo tiempo que ellos.
GIL ZUARTH Y BARBOSA UNIDOS POR PUEBLA
En la víspera del confinamiento por la pandemia de Covid-19, el 2 marzo del 2020, en el marco de la presentación de los proyectos estratégicos del gobierno estatal, Barbosa invitó a Roberto Gil Zuarth, en su calidad de director general del Centro de Estudios sobre el Federalismo, para atestiguar el proyecto estatal de energía, el cual, explicó el mandatario local, tendría como objetivo promover las energías limpias como la eólica y solar. Iniciativas contrarias a las planteadas por el presidente López Obrador y cobijadas por la 4T.
En el evento, realizado en el Centro Expositor de Los Fuertes, en un escenario morenovallista tropicalizado a la 4T, el exsenador panista se volcó en elogios a favor del gobernador de Puebla y de su administración. Coincidió y se manifestó a favor de dicho propósito, con el cual Gil Zuarth comulga desde antes, motivado por el interés del presidente Felipe Calderón de implementar las energías verdes en el país. Para lo cual, desde entonces, ambos mostraron su interés por vincularse con empresas de este ramo. Así, no es difícil suponer que Gil Zuarth pudiera ser el testaferro de Barbosa en el área energética.
EDUARDO RIVERA PÉREZ: EL AMIGO Y POSIBLE PROYECTO COMÚN
Un amigo común podría extender un sexenio más la dupla Barbosa-Gil Zuarth en el ámbito político y profesional. El edil Eduardo Rivera Pérez sería el eslabón. Para tal empresa se necesitaría también la intervención de un panista influyente y de gran impacto: el expresidente Felipe Calderón, y Gil Zuarth lo tiene de su lado y el gobernador poblano no lo desdeña.
La buena relación de Zuarth con el expresidente Calderón no sólo parece intacta sino fortalecida. El proyecto panista de recuperar la alcaldía poblana evidenció que el exmandatario nacional y su exsecretario particular siguen trabajando juntos.
La reaparición de Eduardo Rivera Pérez en una contienda electoral demostró la habilidad de Gil Zuarth en la operación política. La presencia de Felipe Calderón como invitado especial en actos de campaña del panista, quien contendía con la morenista Claudia Rivera Vivanco, quien buscaba su reelección, no fue casual. Gil Zuarth intervino y consultó a Barbosa para que Calderón se presentara con el candidato panista. Barbosa no sólo aceptó sino que mostró su beneplácito.
Tras el triunfo en las urnas, en la toma de protesta de Rivera Pérez, Barbosa Huerta desaprovechó la oportunidad para lucirse con el presidente López Obrador y reiterarle su incondicional apoyo en su propósito de transformar al país. No reclamó ni criticó al expresidente Calderón; al contrario, su actitud fue de aprobación. Así se entendió porque habían recobrado la capital poblana para su amigo común. Zuarth, Barbosa y Calderón fue la fórmula ganadora que derrotó a la candidata de Morena.
Rumbo al 2024 no sería una sorpresa que la misma alianza se repitiera impulsando como candidato a su amigo común, Eduardo Rivera Pérez, en la búsqueda de la gubernatura. ¿Será que entre los acuerdos entre Calderón y Barbosa esté devolver la gubernatura poblana al panismo? ¿Y que la traición y deslealtad sea la moneda de cambio dentro del morenismo y panismo local?