Más de 500 indígenas tzeltales y choles realizaron este viernes un viacrucis en la selva Lacandona, Chiapas, por “la vida, la justicia, la unidad y la dignidad de la madre tierra y de los pueblos indígenas” y para pedir la liberación “absoluta” de dos compañeros que fueron detenidos en 2020 en una protesta.
José Luis Gutiérrez y César Hernández fueron procesados por el delito de motín desde el 15 de octubre del 2020, detalló el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba).
Aunque ya no están en prisión, tienen que cumplir con la obligación de acudir a firmar cada 15 días.
“Fueron detenidos arbitrariamente con violencia y posteriormente torturados por elementos de las fuerzas armadas, en el marco de la movilización contra la construcción del cuartel de la Guardia Nacional en el territorio del pueblo indígena tzeltal de Chilón”, detalló el Frayba.
Los pobladores, de la organización Pueblo Creyente del Centro Pastoral Jet Ha’, se manifestaron también en contra de la militarización de la región -donde la Guardia Nacional inauguró un cuartel- y por el derecho a la autonomía de los pueblos originarios.
Debido al mal tiempo que había en la región, se representaron las 15 estaciones del viacrucis en el interior de la iglesia San Pedro, en la comunidad Pamal Nahbil, municipio de Chilón, donde oraron para pedir que se acabe con la “injusticia y los gobiernos corruptos que quieren caminar sin la voz del pueblo indígena”, indicaron.
En esta procesión, los indígenas fieles católicos manifestaron sus quejas portando pancartas con leyendas que enunciaban frases como “Libertad absoluta a José Luis Gutiérrez Hernández y César Hernández (defensores del territorio encarcelados)” o “Denunciamos todo tipo de violencia”.
Otras más decían: “Queremos ser libres, sin acoso, sin maltrato, sin discriminación”, “Por la defensa de la vida y el territorio”, “La tierra no se vende, se defiende”, “Respeto a nuestras tradiciones y cultura, no a la militarización”.
Las mujeres indígenas manifestaron su preocupación, pues los programas sociales son mal distribuidos, el recorte al presupuesto para las madres y los niños afecta la tierra, ya que sólo les permite la alimentación del día a día y no permite que los infantes estudien la primaria.
Al término del viacrucis, los manifestantes fijaron su postura y dijeron: “No a la violencia, no al despojo de los recursos naturales, respeto a nuestra lengua y cultura, no a los megaproyectos que buscan apropiarse del territorio indígena y destruir el medioambiente”.
(El Informador)