El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, planea declararse culpable de los cargos que se le imputan en EE.UU. como parte de un acuerdo con el Departamento de Justicia estadounidense, lo que le permitirá regresar a Australia y pondrá fin a una larga saga judicial por la filtración de documentos clasificados.
La justicia estadounidense acusó a Assange de hasta 18 delitos por violar la Ley de Espionaje debido a una de las mayores filtraciones de información clasificada en la historia de Estados Unidos en 2010, que reveló secretos de las guerras de Irak y Afganistán, así como datos sobre los detenidos en la base de Guantánamo, entre otros asuntos.
Según el acuerdo alcanzado con el Departamento de Justicia, Assange, de 52 años y nacionalidad australiana, se declarará culpable de un solo cargo por conspirar para obtener y difundir ilegalmente información clasificada.
Esta declaración de culpabilidad la realizará el propio Assange en una comparecencia prevista para el miércoles a las 9:00 hora local (23:00 GMT del martes) en un tribunal de las Islas Marianas, un territorio estadounidense en el océano Pacífico, según una carta del Departamento de Justicia presentada ante el juzgado.
La visita se celebra allí debido a la oposición de Assange a viajar al territorio continental de Estados Unidos y a la proximidad del tribunal con Australia, según explica esa carta.
Según el acuerdo, que aún debe ser aprobado por un juez, Assange solo sería sentenciado a 62 meses de prisión, equivalentes al tiempo que ya ha cumplido en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh (Reino Unido).
Hasta ahora, Assange estaba detenido en el Reino Unido a la espera de que se resolviera la petición de extradición de Estados Unidos.
Assange, camino de Australia
El portal WikiLeaks anunció en su cuenta de X que Julian Assange dejó este lunes por la mañana la prisión de alta seguridad británica donde estaba recluido y ya abandonó el Reino Unido con el objetivo de volver a Australia.
“Julian Assange está libre. Dejó la prisión de máxima seguridad de Belmarsh la mañana del 24 de junio, tras haber pasado allí 1.901 días”, informó WikiLeaks en X.
El portal asegura que Assange, de 52 años y nacionalidad australiana, “recibió libertad bajo fianza por el Tribunal Superior de Londres y fue liberado en el aeropuerto de Stansted durante la tarde, donde abordó un avión y salió del Reino Unido”.
“Después de más de cinco años en una celda de 2×3 metros, aislado 23 horas al día, pronto se reunirá con su esposa Stella Assange y sus hijos, que solo han conocido a su padre tras las rejas”, afirma el portal, que concluye su mensaje en X diciendo: “La libertad de Julian es nuestra libertad”.
WikiLeaks también publicó un vídeo en el que se ve a Assange, con el pelo blanco peinado hacia atrás, revisando unos papeles y luego subiendo a pie la escalerilla de un avión.
De esa forma, se pondría fin a años de litigios en diferentes jurisdicciones del mundo sobre su filtración de documentos clasificados.
El acuerdo con el Departamento de Justicia no es algo inesperado. El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, había solicitado en varias ocasiones a Estados Unidos que concluyera el caso, y en abril, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que lo estaba “considerando”.
Organizaciones defensoras de la libertad de prensa llevan años pidiendo la liberación de Assange y su esposa, Stella, ha estado liderando una campaña en su defensa con la participación de famosos y personalidades políticas.
Assange se enfrentaba a cargos en EE.UU. desde que en 2019 un gran jurado lo acusara formalmente por la gran filtración de documentos de 2010, obtenidos por la soldado Chelsea Manning.
Entre ellos, figuraba un video en el que tropas norteamericanas disparaban a civiles en Irak en 2007, así como atrocidades en Afganistán y 250.000 cables diplomáticos que avergonzaron a líderes mundiales.
Además, en 2016 Assange se vio envuelto en las elecciones presidenciales de EE.UU. al revelar a través de WikiLeaks que la campaña de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton había contado con apoyo del partido para debilitar a sus rivales por la candidatura demócrata.
(El Mundo)