El 18 de marzo de 2020 murieron los primeros dos mexicanos por Covid-19 en el país; Durango y Estado de México fueron los estados en donde se dieron los decesos.
Cinco días después comenzó la Jornada Nacional de Sana Distancia y la población de México entró en confinamiento. Pero esta estrategia no funcionó, pues entre abril y mayo el número de muertes en el país por coronavirus se triplicó.
Mientras que en abril se registraron 3 mil 507 fallecimientos, 30 días después esta cifra creció hasta los 12 mil 253. Y a pesar de este incremento, el confinamiento terminó a finales de mayo y la mayor parte de la población mexicana regresó a sus actividades con un riesgo latente de contagio. Desde esa fecha, la cifra de decesos en México por el SARS-CoV-2 no ha tenido un descenso.
El 4 de junio de 2020, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, declaró que en un “escenario muy catastrófico” México llegaría a los 60 mil muertos; en esas 24 horas murieron 591 mexicanos a causa de este virus y 79 días después de esta declaración, los registros incluso superaron esta cifra “catastrófica”, con 60 mil 254 muertes. Tan sólo en los 22 días que van de agosto fallecieron en promedio 300 mexicanos por día.
Aunque estas cifras ya muestran una gravedad por sí solas, hay que recordar que los datos oficiales traen un retraso de aproximadamente 15 días, por lo que las cifras finales de muertes del día de hoy se conocerán hasta mediados de septiembre y así sucesivamente. Este desfase dificulta un análisis puntual de las defunciones a causa de la pandemia en México.
Las cifras oficiales muestran que a nivel nacional se tiene una tasa de 20 defunciones por cada 100 mil habitantes, pero de las 12 ciudades con mayor población en el país, es decir aquellas que cuentan con más de un millón de habitantes, la mitad triplica la tasa nacional de fallecimientos.
En estas zonas se han registrado dos de cada 10 muertes del país. Sitios como Iztapalapa (Ciudad de México), Tijuana (Baja California), Ecatepec (Estado de México) y Puebla tienen un promedio de 77 muertes por cada 100 mil habitantes. En promedio, en el tiempo que lleva la crisis, murieron mil 500 de sus pobladores.
Y hay otras que están totalmente por encima de cualquier estándar nacional. Es el caso de la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México, y del municipio de Mexicali, en Baja California, lugares que tienen un promedio de un millón 100 mil habitantes y que desde que se registró la primera muerte en el país hasta ahora, es decir en 158 días han registrado más de mil 400 decesos, lo que hace que tengan una tasa de 124 muertes por cada 100 mil habitantes y se convierta en la más alta del país.
Hasta ahora hay 825 municipios en donde no se ha registrado, de manera oficial, una sola muerte a causa del coronavirus, pero son zonas que tienen en promedio apenas seis mil habitantes y, por lo general, son poblados rurales que han mantenido su propio confinamiento. Estos lugares se reparten en 24 entidades federativas, pero 50% están ubicados en el estado de Oaxaca.
Apertura apresurada
Una de las mayores críticas que ha recibido el Gobierno federal respecto al manejo de la pandemia es acerca de la apertura que se dio el 30 de mayo con la finalización de la Jornada Nacional de Sana Distancia. El día que se decidió abrir algunas actividades, más allá de las esenciales, el territorio mexicano estaba en semáforo rojo y en esa fecha murieron 481 mexicanos.
El 23 de marzo, fecha en la que comenzó esta jornada, sólo se tuvo una muerte en el país, y mientras avanzaba el mes y las actividades estaban detenidas en casi todo México, este número también fue creciendo a doble dígito, pero se mantenía en algo aparentemente “controlable”. El 31 de marzo se reportaron, oficialmente, 22 defunciones.
Pero el 17 de abril se llegó a una cifra que hasta ese momento era impensable. En 24 horas, 110 enfermos por coronavirus fallecieron y solamente bastaron seis días para que el dato se duplicara y México tuviera el registro de 223 muertes en un día.
Un análisis hecho por El Universal muestra que la crítica sobre un desconfinamiento acelerado puede tener un fundamento verídico, pues el mayor disparo de muertes por COVID-19 en México comenzó un mes después de que iniciara la Jornada Nacional de Sana Distancia.
Los datos muestran que, durante todo mayo, periodo en el que el confinamiento era casi al 100%, la cifra de muertes subió día tras días hasta llegar a los 481 decesos el 30 de ese mes. Esta dinámica no se detuvo en junio, cuando se dio el desconfinamiento, sino que incluso se tuvo una cifra récord de 647 muertos el 16 de junio.
Julio cumplió la misma dinámica que los meses anteriores, por lo que los especialistas han planteado que un confinamiento un poco más amplio habría ayudado a no llegar a estas cifras tan altas de muertes.
Pero al final, los datos reales de cuántos mexicanos han muerto a causa del coronavirus, es algo que se conocerá posiblemente hasta 2021, año en el que se tengan los “datos finales”.
En números
3,507 muertes se registraron en abril por Covid-19; un mes después, en mayo, la cifra fue de 12 mil 253.
Seis ciudades de las más pobladas en el país triplican la tasa nacional de muertes por cada 100 mil habitantes.
(El Informador)