Ciudad de México.- Las condiciones estaban puestas para que la renovación de la estructura del partido Morena colapsara. En efecto, el colapso ocurrió durante un fin de semana que marcó el arranque en conflicto, con impugnaciones, acusaciones de fraudulencia y listados apócrifos, que no logró sortear el primer paso: el registro de aspirantes a integrar el Congreso Nacional.
Por ahora, las impugnaciones se remiten a la forma en que se concedieron atribuciones sin reforma estatutaria a las reglas de participación, a través de una Comisión Nacional de Elecciones creada por el dirigente nacional Mario Delgado.
A esas impugnaciones, de manera destacada anunciadas con anterioridad por el militante John Ackerman, se suman ahora las que reclaman ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la indebida modificación del listado de registros aprobados de quienes se postularon al Congreso Nacional y que, ni siquiera pasaron el rasero de dicha Comisión de Elecciones, dejándolos inelegibles.
Largamente postergado, dicho proceso debió realizarse desde 2020; en octubre pasado naufragó casi por motivos idénticos y con la impugnación de la secretaria de Organización, Xóchitl Zagal, quien reclamó las atribuciones de reestructura con base en los estatutos. Sin embargo, Zagal recibió un revés judicial cuando el TEPJF consideró, en noviembre pasado, que era válida la integración de la Comisión de Elecciones con base en la validación de un acuerdo del Consejo Nacional.
Morena y su dirigencia enfrentan hoy un inminente escollo: la subida y bajada en tres ocasiones de la lista de aspirantes registrados, que la dirigencia nacional justificó como una “caída del sistema”, título que dio a un comunicado emitido la tarde del sábado para acreditar los cambios en la lista acusando un ataque cibernético y luego, un tráfico excesivo en las plataformas digitales partidistas.
Mientras, varios de los excluidos acusaron maniobras facciosas y han iniciado las impugnaciones, entre ellos, el otrora rival de Mario Delgado en la búsqueda de la dirigencia nacional, Gibrán Ramírez, quien apareció en una primera lista, extrañamente publicada la madrugada del sábado, que fue borrada horas después para una nueva versión en la que el sociólogo, así como otros militantes, quedaron excluidos.
Una nueva subida ocurrió el sábado por la noche, pero de inmediato fue borrada, otra más el domingo con el mismo procedimiento y, finalmente, este lunes, se emitió una nueva lista definitiva en la que los inconformes quedaron excluidos.
La caída del sistema
El 20 de junio, Morena emitió una convocatoria para la renovación de sus órganos, empezando por el congreso nacional, para seguir luego con los consejos estatales, las dirigencias y, finalmente, la dirigencia nacional el próximo año.
Una vez emitida la convocatoria, con reglas tan laxas como la de solo comprobar que había acompañado “el movimiento” y otras fórmulas de acreditar militancia en hechos, Mario Delgado llamó “a las corcholatas y corcholatos” a sacar las manos del proceso interno, alegando que nada tenía que ver con la postulación a la presidencial de 2024, pues está se definirá por encuesta.
Lo que no dijo Delgado es que de dicho proceso suelen surgir los candidatos a diversos cargos de elección popular en 2023 y 2024, incluidas las diputaciones y senadurías.
Tras los registros realizados las semanas precedentes, Morena debió publicar la lista de una sola vez, pero fue entonces cuando inició la carga y borrado de listas de manera intermitente por la llamada “caída del sistema”, comunicada la noche del sábado.
Intervenciones
De acuerdo con testimonios recogidos por Proceso, la auténtica caída del sistema fue por las llamadas de varios gobernadores morenistas para bajar postulantes al congreso nacional que no les eran afines: el caso destacado fue el de Puebla, cuyo gobernador Miguel Barbosa, se inconformó con Mario Delgado por la inclusión de personalidades afines al líder de bancada en la cámara de diputados, Ignacio Mier.
La intervención de la lista con los primeros registros, incluyó la que hizo Alejandro Peña, uno de los padroneros de la 4T, quien personalmente habría pedido, según los testimonios, la salida de personalidades como Gibrán Ramírez, por considerarlo crítico a la dirigencia y al partido.
Sin embargo, Ramírez, definido en su apoyo a Ricardo Monreal, el líder de bancada de Morena en el senado, no fue el único que de ese grupo político quedó excluido, pues el suplente de Monreal y uno de sus operadores desde antaño como lo es Alejandro Rojas Díaz Durán, también terminó borrado.
Además, John Ackerman, fundador de Morena como los dos anteriores mencionados, y como ya lo había hecho en octubre, acusó primero en sus redes sociales y luego en diversas entrevistas, que al interior de Morena se están cometiendo delios electorales, e inclusive, llamó a la movilización a través de herramientas jurídicas, para evitar que el “partido-movimiento se convierta en el PRI”.
Ante la situación, políticos afines al canciller Marcelo Ebrard pidieron desde el mismo sábado que al interior de Morena “haya piso parejo”.
Impugnaciones por centenas
En ese contexto, las impugnaciones se reproducen por centenares, con especial inconformidad en Coahuila y Estado de México, entidad esta última donde Morena y su dirigente nacional, Mario Delgado, anunciaron el cierre de la encuesta final para elegir candidato a gobernador en agosto a tres nombres y acaparando las noticias al respecto.
Solo esta tarde, con numerosas expresiones de inconformidad, Delgado Carrillo tuiteó como si no hubiera inconformidad y sin aludir a las subidas y bajadas de listas:
“Hoy nos reunimos con las y los integrantes del Comité de Organización para nuestro Congreso Nacional ¡Avanzamos con unidad y compromiso rumbo a la jornada democrática que tendremos este próximo 30 y 31 de julio! Morena es el partido más democrático de México!”
(Proceso)