La disolución en México de una unidad antinarcóticos que cooperaba con la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) se efectuó hace un año, porque se demostró que ese grupo estaba infiltrado por la delincuencia organizada, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Durante su conferencia de prensa mañanera en Palacio Nacional, explicó que los agentes federales estadounidenses “hacían lo que querían”, y los acusó de fabricar delitos.
El grupo era una de las unidades de investigaciones especiales (SIU, por sus siglas en inglés) que operan en unos 15 países para desmantelar redes de contrabando y atrapar a capos de la droga en todo el mundo.
Los agentes en estos países son entrenados por la DEA, pero están bajo el control de sus gobiernos nacionales.
En México, los más de 50 oficiales de esa unidad policial participaron en la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, entonces el jefe del Cártel de Sinaloa.
Sin embargo, la reputación de la SIU quedó dañada cuando su exjefe Iván Reyes fue detenido en 2017 y se declaró culpable en un tribunal estadounidense de aceptar sobornos para filtrar información a narcotraficantes.
López Obrador aclaró que la relación con Estados Unidos en materia de cooperación para el combate de cárteles de la droga sigue siendo buena, “pero con respeto”, y aseguró que durante su administración ya no se llevan a cabo operativos como Rápido y Furioso para introducir armas al país.
Para el mandatario es apropiado que se actúe conjuntamente con Estados Unidos “cuando se deba hacer un operativo, en algo que le conviene a los dos países”, y afirmó que la administración del presidente Joe Biden “sabe muy bien que nosotros no tenemos relaciones de complicidad con nadie, lo saben perfectamente, entonces son relaciones respetuosas”.
Aunque se mantiene un respeto, el presidente López Obrador dijo que tenía un “cuestionamiento” para el gobierno de Estados Unidos: “requieren de mayor control, disciplina, profesionalismo y respeto a las jerarquías”, y dijo que, a su parecer, “a veces da la impresión de que abajo se mandan solos”.
“Ahora que escribió sus memorias el procurador del presidente Trump (William Barr) habla de la detención del general Cienfuegos y sostiene que fueron agentes de abajo y que ellos no sabían”, expresó.
Durante la conferencia de prensa el presidente aclaró que aún operan agentes de la DEA en México, pero sólo los “que por ley se permite, de acuerdo a la nueva legislación que surgió después de la detención del general Cienfuegos”.
“Nosotros mantenemos cooperación con organismos internacionales encargados de seguridad, pero procuramos que se respete nuestra soberanía”, expuso, y agregó que durante mucho tiempo no se hizo valer la soberanía de México “porque no había autoridad moral”.
El equipo de élite, fundado en 1997, fue el principal conducto para que la DEA compartiera con el gobierno de México pistas sobre envíos de drogas e indicios obtenidos en suelo estadounidense.
La agencia antidrogas de Estados Unidos habría llevado a los nuevos integrantes mexicanos de la unidad policial a sus instalaciones de última generación en Quantico, Virginia, para capacitarlos en las últimas técnicas de vigilancia. Les habrían examinado, incluso con pruebas de polígrafo.
(Aristegui Noticias)